Los procesos de modernización de la gestión estatal y en particular de las políticas públicas muestran las relaciones que el Estado establece con los distintos actores sociales, políticos y económicos de determinadas sociedades.
En la actualidad el requerimiento de igualdad de género se ha ido extendiendo cada vez más hacia todos los ámbitos del Estado, los Organismos y Agencias Internacionales, las Organizaciones no Gubernamentales, el ámbito académico, entre otros.
En Chile ha incrementado la búsqueda de oportunidades para mejorar la redistribución y la equidad de género en las políticas, programas y proyectos de desarrollo, y aun cuando las mujeres han ido ganando cada vez más espacios y oportunidades para participar y contribuir en la conducción pública de nuestra sociedad, su representación en los cargos de elección popular y en el Ejecutivo sigue siendo escasa.
En este ámbito, las alcaldesas de María Pinto, Jessica Mualim, y de Lampa, Graciela Ortúzar, son la representación femenina en la Asociación de Municipios Rurales (AMUR), la primera de ellas ocupa un cargo en la directiva como Secretaria General; ambas nos cuentan desde su punto de vista cómo ven la situación de las mujeres chilenas en el plano de la participación política, y las variables deberían considerarse para optimizar esta posición.
La alcaldesa Mualim, quien entró al mundo de la política en el año 1996 cuando resultó electa en su comuna, comentó que en Chile es necesario reconocer la igualdad de conocimientos y antigüedad entre géneros, ya que siempre es elegido el hombre para ocupar el cargo más importante, esto puede deberse en gran parte al diferente rol que la sociedad asigna al hombre y a la mujer.
A su juicio, “es la fuerza propia de cada mujer, su carácter y la pasión y compromiso con que lucha por posicionarse en el mundo de lo público, lo que determina su grado de participación en la administración pública; ya que en lo concreto los hombres están en el nivel de la toma de decisión y las mujeres inciden en el proceso y la operatividad de las mismas”, agregó Mualim.
Por su parte, la alcaldesa de Lampa, Graciela Ortúzar, asistente social de profesión, reflexiona que debemos entender como sociedad, es que este es el tiempo de las mujeres, “el tiempo en que nosotras, nos hacemos presente directamente en la toma de decisiones, particularmente, en lo que dice relación con la equidad de género, debemos equipar la balanza en los cargos de elección popular que ubiquen a la mujer en la esfera pública”, dijo.
Sobre la situación de las mujeres chilenas en la política, especialmente en cargos de elección popular, la alcaldesa Mualim citó que en el año 2016 de las 345 municipalidades en Chile, sólo 40 municipios están representados por mujeres, lo que equivale a un 11,9% de alcaldes de Chile. En el cargo de concejalas la condición mejora un poco, ya que subió a un 24,6%.
Recordó que un primer paso para disminuir la brecha, lo representa la entrada en vigencia de la Ley de Cuotas el año 2017, que obliga a los partidos políticos a presentar listas de candidatos equilibradas entre mujeres y hombres, y que busca impulsar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres para acceder a cargos de elección popular.
La alcaldesa de María Pinto refirió que para mejorar la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas es fundamental que partidos políticos incorporen a más mujeres en las directivas, en los directorios de las grandes y medianas empresas hayan más mujeres, y en los gobiernos más Ministras y Subsecretarias; “sólo así se pondrá en valor la opinión de la mujer en el desarrollo y crecimiento como país”.
Entre tanto, la alcaldesa de Lampa agregó que el grado de participación de las mujeres en la política podría ser aún mejor en cuanto a calidad y principalmente, en cantidad. “Tenemos como género enormes capacidades de administración y de fijar prioridades en distintas áreas a la vez, y ello en mi experiencia como Alcaldesa, es un enorme plus”.
Dentro de las variables que deberían considerarse para optimizar la posición femenina en la gestión pública, está la capacitación de calidad y en forma permanente, para dotar a la mujer de competencias y liderazgo en el ámbito de la administración para igualar las condiciones; también otorgar acceso real al cuidado de los hijos para que las mujeres puedan trabajar tranquilas; y un factor no menor es la mejora del acceso a una remuneración justa e igualitaria, con una jubilación que permita garantizar una vejez decente y justa.
“No es posible que en pleno siglo XXI, las mujeres estemos unos peldaños más abajo. Esta escalera debe balancearse, de lo contrario, como sociedad corremos el riesgo de desestabilizarnos y caernos”, finalizó la alcaldesa Ortúzar.